Cada persona tiene sus propias razones para dejar de fumar. Algunos lo hacen para mejorar su salud o evitar problemas en el futuro, otros para ahorrar dinero; también hay quienes dejan de fumar para proteger la salud de su familia.

Sea cual sea la razón para hacerlo, para que la decisión de dejar de fumar sea efectiva debe provenir del fumador y no ser producto de la presión de su entorno. A continuación, veremos cuatro buenas razones para dejar de fumar.

Cuidar la salud

Es definitivamente la razón más frecuente y también la más importante. Fumar aumenta el riesgo de sufrir enfermedades graves como cáncer de boca, garganta, pulmón y vejiga.

Dejar de fumar disminuye de forma drástica el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y embolias cerebrales. Esto se debe a que la nicotina del tabaco disminuye el aporte de oxígeno a todos los tejidos; también aumenta el colesterol en la sangre y afecta a toda la circulación del cuerpo.

Para las personas que sufren de diabetes, fumar aumenta de forma considerable las probabilidades de morir a causa de una enfermedad cardiovascular. También incrementa el riesgo de desarrollar daños en los nervios y en los riñones.

Mejorar la apariencia

Fumar influye también de forma negativa en la apariencia y lo hace de varias maneras. El cigarrillo provoca insomnio y acelera el proceso de envejecimiento de todo el organismo. Al dejar de fumar, la piel estará más joven y saludable.

Otro de los beneficios estéticos de dejar de fumar es que no se mancharán los dientes y las uñas. El pelo también se verá más brillante y se caerá menos, la ropa olerá mejor y esto será más agradable también para las demás personas.

Cuidar a la familia

Dejar de fumar también puede volverse un acto de generosidad y una muestra de afecto con la familia y los amigos. Una persona que fuma transmite ese mal ejemplo a sus hijos. Además, el humo puede afectar su salud, así como la de todas las personas alrededor.

Mejorar el estilo de vida

Cada vez es más difícil encontrar lugares donde se pueda fumar. Para los fumadores, un viaje largo en avión o un crucero pueden ser verdaderas pesadillas; lo mismo ocurre en restaurantes y toda clase de espacios públicos.

En ese sentido, dejar de fumar puede ser liberador. Supone además un gran ahorro de dinero, pues los cigarrillos son cada vez más costosos.

 

Fuente de imagen: Mujerde10