La protección de la piel no es una necesidad exclusiva del verano, sino también del invierno. Las condiciones climáticas del exterior, los acondicionamientos térmicos y las rutinas impactan en la piel. Por estas y otras razones es imprescindible actuar para protegerla en invierno.
No se trata solo de estética. La naturaleza cubrió nuestro cuerpo con una capa de piel que protege el organismo de las agresiones exteriores. Se trata de un elemento de defensa, por lo tanto, es una cuestión de salud preservarla sana y cuidada.
Atención a tu piel en invierno
Nutrir, hidratar y proteger son tres acciones claves para mantener sana tu piel en invierno, por ello se debe atender a dos cuestiones importantes: el exterior y el interior del organismo. De ambos cuidados depende su estado.
Pero, ¿cómo cuidarla en invierno? Estos son algunos consejos prácticos:
Los alimentos
Constituyen un factor clave. En invierno solemos tomar platos muy calóricos y muchos de sus ingredientes perjudican la piel.
Las grasas saturadas, las frituras, los embutidos, las conservas con mucha sal, el abuso de azúcares, impactan negativamente.
Por el contrario, los alimentos de estación, como las frutas y verduras, contribuyen a mantenerla sana. Por ejemplo, las naranjas, los arándanos y la piña aportan mucha vitamina C, que favorece a la piel. Las zanahorias, el apio, las hojas verdes proporcionan nutrientes esenciales. Los ácidos grasos son muy importantes y están presentes en el aceite de oliva, las semillas, el aguacate y los frutos secos.
El agua
Beber mucha agua mantendrá la piel hidratada y desintoxicada. No es conveniente esperar a tener sed para incorporar agua al organismo. De hecho, da buen resultado tener siempre a mano una botellita para que, al verla, recordemos que es necesario beber. La botella de agua debe incorporarse a las rutinas, como se hace con las gafas o con el teléfono móvil.
Cremas
El cuidado de tu piel en invierno incluirá el uso de cremas. En el mercado hay una gran diversidad de opciones que permiten elegir la más adecuada a cada piel y economía. El consejo de una experta en cosmetología o de una dermatóloga siempre es bueno.
Aceites vegetales
Cualquier crema, aunque no sea de gran calidad, se fortalece con el agregado de unas gotas de aceites vegetales. Estos aceites cumplen funciones hidratantes y nutritivas al mismo tiempo. Los más populares son el aceite de almendras, el de sésamo, el de jojoba y el de karité.
Protectores solares
Aunque su intensidad se percibe levemente, los rayos ultravioletas del sol están presentes aún en invierno. Por tanto, es necesario usar protectores con filtros.
Jabones y geles
Hay que mantenerse alerta a las reacciones de la piel frente al uso de jabones y geles de ducha. Si se enrojece o pica, será necesario cambiar el producto.
Las rutinas
Establecer un plan de hidratación y nutrición ayuda a no saltarse ninguna acción necesaria. Limpieza, exfoliación, cremas específicas, son pasos obligados en el buen cuidado de tu piel en invierno.
Esto se logra con cuidados. Y esos cuidados no deben cesar en ninguna estación.